Un Loro utopista en Valparaíso
Me llamo Loro Coirón escribe el grabador francés Thierry Defert. Su nuevo nombre lo defiende con la garra de un verdadero porteño. Loro porque habla sin parar. Y Coirón porque sus cejas se asemejan a los techos de las casas playeras. Su medio de expresión es el grabado. Y en blanco y negro fundamentalmente por su amor al texto impreso: “Creo que soy más un cronista que un artista”.[1] Para él, los “sueños filetes” de la gente de Valparaíso, las miradas y las luces son el centro de su trabajo artístico: “me gustó muuuuuuucho”, dice con su acento importado. Su vida ha transcurrido entre Europa (Paris), África (Dakar) y este Nuevo Mundo (Valparaíso). Tras la huella de su pelo encendido llegó a Tierra del Fuego porque su cabellera ardía como le dijeron en Senegal. Y cuando iba tras su destino desembarcó en la joya del Pacífico y se enamoró. Él cuenta que aprendió a leer la vida a la manera africana: a través de sensaciones, miradas y emociones.[2] “No puedo dibujar en París porque el ritmo de la ciudad es muy rápido. O no puedo hacerlo en África porque tal vez el ritmo es muy lento. Pero aquí sí puedo. Valparaíso tiene mi ritmo, o yo tengo el ritmo de Valparaíso. O mi emoción. Cada ciudad tiene una emoción. Como cada persona. La emoción es la lluvia de la vida.”[3] En linóleo o xilografía, el grabado es la reunión de la manualidad gestual y la serialización industrial: “El genio humano se aprecia en la industria que es comparable a los frutos anuales de los árboles”.[4] La era de los objetos industriales producidos en serie comenzaron a poblar el mundo y las cosas pierden la sagrada inocencia de objetos únicos para funcionar como signos.[5] Quiéralo o no Loro Coirón forma parte de una generación subversora en contra de la hegemonía del código verbal. Curiosamente, cuando las estrategias artísticas posmodernistas ganan terreno, Loro Coirón levanta la voz para señalar que pertenece a la generación de la utopía. Pese a que hoy en Chile, reclama el artista, decir utopista equivale a un insulto, cree a pies juntilla que los utopistas regresarán en mil años más: “Y yo quiero estar ahí”.[6]
Rosa Emilia del Pilar Alcayaga Toro
[1] Loro Coirón en entrevista con Rodrigo Benavente Braniff.
[2] Loro Coirón en entrevista con Montserrat Madariaga.en www.ciudaddevalparaiso.cl
[3] Loro Coirón en entrevista con María Soledad Mansilla Clavel, en revista virtual Scáner cultural.
[4] Loro Coirón en entrevista con Rodrigo Benavente Braniff.
[5] María Luisa Santaella Braga, Semiótica y arte: sartas de inteligibilidad, artículo, en Estética y crítica. Los signos del arte. Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA), 1998, pág. 77.
[6] Loro Coirón en entrevista con Rodrigo Benavente Braniff.
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