viernes, 20 de mayo de 2011

Tsachilas (Indígenas, Ecuador)

viernes, 20 de mayo de 2011
Los Tsachila son un grupo étnico distribuido en comunas ubicadas alrededor de Santo Domingo de los Colorados. Se los conoce como "Colorados", debido a su costumbre de pintarse de rojo con achiote el cuerpo y cabellos.
Los tsachila tienen una identidad bien marcada, el vestido, la pintura roja en los cabellos masculinos, su lengua el tsafeki, que todos siguen utilizando; su propia alimentación y los poderes de curación del que tienen gran reputación sus ponés o shamanes, son marcadores de su identidad.

Idioma
Tsafiqui, que quiere decir verdadera palabra, cabe señalar que este lenguaje proviene de la familia lingüística Chibcha; la segunda lengua de los Tsáchilas es el español.

Población
Según un censo realizado en 1997, su población alcanzaba los 2.640 habitantes. Agrupada en ocho comunidades: Cóngoma Grande (Santo Juan), Los Naranjos, El Búho de los Colorados, El Poste, Peripa, Chigüilpe, Otongo Mapalí y Filomena Aguavil (Tahuaza) asentados en la zona rural del Cantón de Santo Domingo de los Colorados.
Organización Sociopolítica
Las comunas, que son uniones de familias nucleares con vínculos de consanguinidad y afinidad patrilineales, se constituyen en núcleos de cooperación y ayuda mutua.
Tiene dos formas de autoridad: el Cabildo, organización de nuevo tipo establecida por el Estado, y la tradicional con un jefe llamado "Miya", que legendariamente siempre ha sido un “Pone” o “Vegetalista”, como su máxima autoridad. El "Miya" ordena las actividades cotidianas de la comunidad y cura las enfermedades, ya que tiene el poder que le dan los espíritus; es quien preserva la memoria colectiva y el saber de su pueblo y lucha por la defensa de su identidad y su cultura; por lo tanto, es el guía espiritual y conductor social y político.
Vestimenta
El Hombre
El vestido de los hombres es sencillo y ligero, se lo denomina palompoé. Está conformado de mapchozmp que es un taparrabo bicolor en azul y blanco, de forma rectangular que los colonos llaman chumbillina.
El berequé complementa la prenda anterior es una faja de algodón bastante larga con la que sujetan a la cintura el taparrabo. El paniú es un pedazo de tela que se echan sobre el hombro izquierdo, casi siempre es de algodón en colores muy fuertes como rojo y amarillo. El jalí es de uso complementario, consiste en una larga manta de algodón de color blanco que se emplea en días fríos.
El colorado moderno, gusta de toda clase de adornos, como las pinturas faciales y el empastado del cabello con el achiote (bixa orellana). Los adornos más empleados son el calastushilli y el mishilli. El calatushilli es una pulsera de plata maciza con una ligera abertura para insertar la muñeca. En los dos extremos se practican dos orificios en los que se pasan hilos de colores para sujetarlos. Comienza a usar este adorno como prueba de virilidad en el momento en que se casan; si enviudan se lo retira en señal de luto.
El mishilli es una especie de coronita de algodón que se coloca en la cabeza en el casco de pelo endurecido. Para que no se dañe la lían cuidadosamente con hilo.
La mujer
La vestimenta es sencilla y acorde a sus necesidades cotidianas, utilizan una falda de líneas más finas que la de los hombres. No usan faja para ceñir la cintura; a la espalda y anudada al cuello llevan una ligera tela de colores.

Sus principales adornos son: la bitadé o manilla, que acostumbra lucir dos en cada brazo y que se fabrican con abalorios multicolores. Una de ellas va en la muñeca y la otra en la parte superior del antebrazo. En la primera manilla prefieren los colores blanco y azul (fibacán y lo´sinba); y en la otra el verde (lo ´ sinban).
El bípode o collar es el adorno más complicado y que distingue a las mujeres tsáchilas. Lo llevan en cinco o seis cuentas que suelen llegarles hasta el abdomen. Generalmente este collar está formado por pepas de San Pedro, churos grandes y pequeños, huesecillos de aves o animales de monte y semillas.

jueves, 5 de mayo de 2011

Indios Selk'nam (Onas)

jueves, 5 de mayo de 2011

En el extremo sur de América se encuentra el Estrecho de Magallanes que separa al continente del Archipiélago de Tierra del Fuego. El nombre del mismo –y de su isla más grande- se debe a las sorprendentes y constantes fogatas que lograron divisar ahí los primeros europeos que exploraron sus costas. Esas hogueras eran la forma en que los originarios Selk'nam se protegían del frío austral, y que a pesar del duro clima, apenas utilizaban ropa. Sólo el fuego y su especial adaptación metabólica (temperatura corporal un grado superior a la nuestra) los mantenía calientes. Portaban sus hogueras encendidas incluso en las canoas de corteza de lenga -roble blanco-, que utilizaban para pescar y cazar mamíferos marinos que eran su principal fuente de alimentos.
De este pueblo indígena americano, hoy solo quedan descendientes mestizos.
Texto extraido de sitio:
http://www.sentadofrentealmundo.com/2011/04/el-genocidio-de-los-selknam-o-como_25.html

Aunque eran nómades, la Isla Grande había sido dividida en 39 'distritos', separadas por ríos, piedras, árboles,... distritos trasmitidos de padre a hijos, mientras una 'familia ona' viviendo en ese territorio podía alcanzar 120 individuos. Ese reparto instituía algo como la propiedad, y cada tribu normalmente no se iba de caza afuera de su propio distrito, sino a veces para hacer la guerra, o con un ceremonial muy preciso (o torneos de lucha).

Dice Lucas E.Briges : "Los Onas no tenían jefes hereditarios no electivos, pero los hombres que sobresalían por su habilidad, casi siempre se convertían de hecho en dirigentes. Sin embargo, uno podía ser el jefe de hoy y otro mañana, pues se lo cambiaba según la empresa a cometer y se designaba al mas vehemente partidario de cada una. La categoría social entre ellos fué bien definida, años después por el jovial Kankoat.
Un hombre de ciencia nos visitó una vez en esa región, y en contestación a las preguntas que me hacia le dije que los onas no tenían jefes, según nuestra aceptación de la palabra. Viendo que el no me creía, llamé a Kankoat, que entonces hablaba bastante bien español. En contestación a la pregunta que le hizo el visitante, Kankoat demasiado amable para contestar con una negativa, dijo : 'Si, señor, los onas tenemos jefes : todos los hombres son capitanes y todas la mujeres son marineras.'
No conocían la disciplina. Sin embargo, el mas despiadado, el mas fuerte, ya sea físicamente o mentalmente, o el asusto capaz de una traición, podía dominar la comunidad."